26/7/07

chat con L.

g.: anoche conocí a 1amigo tuyo
L: ah sí?
g.: que acababa de pisar lima
L.: un amigo mío?
g.: yes yes
re macanudo, eh!



L.: NOOOOOO
g.: jajaja
L.: ME MUERO
ME MORÍ
g.: 1encanto
me cayó taaaaaaaaaaan bien
un amor el pibe. conmigo y con todos. re re re agradable. conversador, amable, re low profile. en fin, un capo.
terminamos todos en Juanito, en barranco

correspondencia con B

from: B.
to: g.
date Jul 22, 2007 12:31 AM


Hoy leí esto por casualidad. Usted tiene giros muy pero muy parecidos. Usted no es esta usted, no?
http://www.clarin.com/diario/2006/11/27/conexiones/t-01317282.htm

21/7/07

fiestas patrias

 

La otra vez tocó el portero eléctrico el portero humano. Pedía permiso para pasar por nuestra casa porque tenía que llegar a la terraza, terraza que también nos pertenece, dicho sea de paso.
-Sí, claro. Venga, hombre, nomás. Suba. (Yo no sabía qué cuernos necesitaba, pero recibo tan poca visita diurna que tampoco era cuestión de venir a estropearlo todo con alguna pregunta imprudente que lo hiciera desistir).

Una vez en el living, veo al hombre con un gran mástil y una bandera peruana.
-Y eso?
-Es por las Fiestas Patrias
-Ah, mire usted.

Y se trepó nomás el hombre y puso la banderita, justo en la pared medianera, la que linda con los vecinos (esto me hizo pensar que algún encanto debo tener, o alguna lástima le debo dar, para hacer en nuestra casa -y no en la vecina- la visita operativa).

Después subí yo, para chusmear, para ver cómo había quedado. Y en la vista panorámica que desde ahí hice del barrio, con el fondo gris limeño de su cielo invernal, vi que en las casas y en los edificios aledaños (en general bajos, porque la zona donde vivimos no permite + de cuatro pisos) todos tenían su banderita peruana flameando en lo más alto. Qué patriótica esta gente, me dije.

A los días vino a cenar un matrimonio amigo y, mostrándole la terraza, comento yo mi sorpresa ante tamaño patriotismo.
-No es patriotismo, es que es obligatorio. Si no la pones, pues te multan.

Qué tul, eh?

Todavía no he pasado aquí ninguna Navidad (¿habrá multa por arbolito no armado?), ni tampoco Reyes (¿cuánto costará un zapatito ausente?). Prometo informarles cuando ese tiempo llegue.

Mientras tanto, lo que más me molesta no es tener bandera a cambio de exoneración de multa (cosa que ya me molesta bastante). Lo que más me molesta es que -casi- parecemos hinchas de Estudiantes. Qué horror.

19/7/07

en Buenos Aires no se consigue

 


Esto que está aquí, esto que a ustedes les dirá poco y nada, es, ahora mismo, el elemento más preciado de la casa. No sólo el más preciado sino también el más efectivo (dejando de lado, por supuesto, al hombre de esta casa y a quien esto escribe, quienes, vaya a saber uno por qué, no se consideran todavía “elemento”).

Nuestro pequeño héroe se llama “deshumedecedor” (“deshumidificador” es una palabra a todas luces y tinieblas mucho más complicada.)

El punto es que aquello que alguna vez les conté (y ahora haría aquí mismo un linki recordando pretéritos momentos, salvo que citarse a uno mismo es poco decoroso), decía, aquello que alguna vez les conté, aquello de que acá en Lima lo que mata, pero lo que mata en serio -no como en Buenos Aires- es la humedad, es tan cierto como que Argentina debió ganar la Copa América.

Y como hay tanta humedad y como eso a los habitantes en general no les gusta, pues entonces aquí se venden aparatos que la quitan (qué lindo sería el mundo si para todo hubiera aparatitos que quitaran lo sobrante, eh…). Una vez ida la humedad, los 15 grados del invierno limeño se sienten como Dios manda: sin ese frío interior que te hace chillar los huesos.

 


El proceso interno del aparato, dice el hombre de esta casa, es el inverso al de la heladera. A mí me gustaría contraponerle alguna otra teoría, sólo por molestarlo. Alguna explicación superadora, más compleja y enrevesada, pero lo cierto es que en las discusiones técnicas yo suelo hacer agua. Agua, eso mismo. Como el aparato en cuestión, que lo único que hace es fabricar agua todo el día. ¿Y de dónde creen que sale el agüita? Claro que yes!, de la humedad que hay en el ambiente. Es decir, chupa la humedad y te la devuelve en agua. O sea, tenés el fenómeno de la lluvia pero en tu casa! No me digan que no es la bomba. Igual, ojo eh, que toda la gracia se acumula en un depósito, no vayan a creer que nos anda lloviendo en nuestro living.

Al menos tres veces al día renovamos el depósito. Y el depósito tendrá una capacidad para digamos, ponele, un suponer, cuatro litros. Y sigan sacando cuentas, dijo Paenza, porque en casa no tenemos uno sino dos deshumedecedores. Y digan que nosotros estamos como a 15 cuadras del mar (sí, hay mar en Lima, pequeños ignorantes), porque a la gente a la que el mar le anda cerca, digamos en frente de su casa, la ropa del placard se le malogra. De veras. Se “honguean” los zapatos. Así dicen acá, “honguear”, que sería cuando la cosa se te llena de moho. (vieron? cada ciudad tiene los verbos que les son propios). Entonces, si no enchufás un aparatito de estos en tu casa, la ropa se te vuelve verde. O negra. Es cierto que esto podría servir como método para la renovación del placard. Pero tampoco es el caso.


 

tiempo peruano

"Tomá, te regalo un reloj"

(Ezequiel, del Restaurante Patagonia.
Miraflores, Lima. 14/07/07, de madrugada)

 



.en antitos
.ahorita
.ya,ya
.a casi
.sí pues ya
.ae... ya
.de mañana
.por la tarde


-------------------
Nota de la R.: todos los "ya" deben pronunciarse "iá"

18/7/07

actualizando

Claro que pasaron muchos días desde mi último post, díganmelo a mí. Pero es que pasaron muchos días y pasaron también muchas cosas. Por ejemplo, ahora resulta que estoy trabajando. Sí, sí, trabajando. Trabajando yo. Pero me caigo y me levanto! Una vida, o digamos al menos una temporada, pensada para reina y ya ven ustedes...

De mil amores les contaría del proyecto en el que estoy metida, pero no puedo (?). Igual, para que se den una idea, y como talento llama talento, sí les puedo comentar que la faena es con un hombre mega top. Topísimo. Toda una celebrity. Celebrity que yo ni puta idea tenía que existía, obviamente. Pero bueno… La cosa es que hoy, por ejemplo hoy, el hombre de esta casa deberá –él a mí- acompañarme a un cóctel. Porque ya tengo cócteles. Ahí tienen. Tengo cócteles. Cócteles a los que me invitan para que vaya con mi marido. No me digan que eso no es gracioso. La parte del cóctel digo. Y la del marido también.

De mi paso por Buenos Aires podría contarles que nevó. Pero para qué, no? Mejor concentrarse en otra cosa: qué ocurrentes me parecieron de repente todos los porteños. De lo más chispeantes, les juro. Y los varones, qué lindos! Qué guapos. Si fue nomás entrar a mi antigua redacción y encontrar a uno más bonito que el otro. El resto podría resumirse en lo siguiente: poco tiempo y mucha gente. Parecerá una obviedad –y lo es-, pero andando por Buenos Aires caí en la cuenta de que tengo gente (mucha) que conozco hace años (muchos). Amigos (muchos). Y celular que suena (celular sólo uno, pero sonar sonó mucho). Impresionante. Yo acá, para que se den una idea, hay días en los que abro la tapita del Movistar para ver si el aparatete este se apagó, se quedó sin batería o algo así. Bueeeeno, está bien, exagero. Pero qué sería del periodismo sin la exageración, eh? Nada, no sería nada...

adaptación

Me voy a Buenos Aires, paso ahí casi una semana, vuelvo a Lima y vean con qué me encuentro:

 


El Enzo, el Enzo tal cual lo dejé al salir.
Tal y cual.

Mierda. Ya se peruanizó.

9/7/07

fiesta blanca!

en la cortadita de Vicente López

las nieves del tiempo...

7-7-07:

Machu Picchu es 1 de las 7 maravillas.

Pero, más importante: mi mami cumple años. Así que hasta aquí nos vinimos. En rigor, me vine. Escapada meteórica.

He vuelto, luego de cinco meses y por seis días, a Buenos Aires.

Entre otras cosas, tenía muchas ganas, digamos necesidad, de ver el cielo celeste. El celeste verdadero, el argentino, el porteño.

Pero parece que de momento no podrá ser. Igual no me quejo eh, que estoy en jornada histórica... (?)




Y en Vicente López también hemos tenido nuestros copitos, no vayan a creer...





5/7/07

invierno en Lima



pachamanca












Este fue nuestro almuerzo. Regresando hacia Lima, comimos en Santa Eulalia. Tenés que tener mínimo una hora, porque eso es lo que tarda la comida en estar lista. Esta es la famosa pachamanca -o pachamanka-.

Como ven, no hay grandes secretos: se tira todo ahí dentro y se va cubriendo cada cosa con piedras, piedras muy calientes, eh. Piedras que pelan. No vayan a ser tan torpes de tocarlas, que las piedras, antes de estar ahí, estuvieron al fuego vivo.

A nuestra pachamanca le tiraron alguna carne de res, algunos pollitos y alguna que otra carnita de cerdo. Papas, camotes, choclos y chauchas gigantes completaron la escena.

Arriba de todo, papel madera mojado. Luego una mantita también mojada, luego tierra, una cruz hecha con hierbitas y ya está. A esperar.

Si somos honestos -honestidad mata poesía, pero anyway-, habrá que decir que a nosotros lo que más más más nos gustó fue ver cómo lo hacían, porque el resto dejó -acá entre nos- mucho que desear. La carne sale muy seca. Muy, muy. Y todo sabe a culantro, porque a las carnes las cubrieron con cantidades industriales de culantro, que es, en buen cristiano, cilantro. Debe ser el único país de habla hispana que llama culantro al cilantro.

les decía


el valle SAGRADO de la Chirimoya

cielito lindo



Así es, tal como algunos lo han supuesto, nos hemos ido de viaje. Sí, sí, otra vez. Y sepan que no es fácil alimentar diariamente vuestra envidia. Pero ya ven, ponemos empeño y, una vez más, lo logramos.

En esta oportunidad, las sierras. Es que yo no sé si ustedes sabrán, pero acá, acá en Lima, en el invierno se estila estar nublado. Siempre. O sea, siempre. Todos los días. Amaneces y ves por la ventana. Y qué ves? Ves cielo gris. Gris un día, gris el siguiente, gris el otro y luego, luego adivinen qué? Claro que yes!, gris también el que le sigue. Así son todos los malditos días de invierno. Todos, eh. Y digan que este año la gracia empezó tarde. Y digan –bis- que incluso, habrá sido por nuestra venida o algo, este año hubo importantes excepciones y el sol se coló alguna que otra vez. Pero nos estamos yendo de tema, porque el punto aquí era que yo con los grises tan seguidos me deprimo, y el hombre de esta casa no iba dejar que tamaña infelicidad prosperara y entonces qué hicimos? Hicimos cuarenta minutos de carro y listo el chiquenito! Porque así de misteriosa es la cosa acá. Lima: gris, frío, nublado y triste. Pero a 40 minutos de coche: verano! Verano posta. Cielo celeste (celeste verdadero, no celeste limeño), 25 grados y calor,calor, calor.




Carretera central. Ahí está el secreto.
Tomás la carretera central y en un periquete tenés sol en tu vida.
Pasás Chaclacayo, pasás Chosica, pasás incluso Santa Eulalia, tomás un desviíto y subís a la montaña. Subís y subís y llegás a un pueblito llamado Callahuanca, que está propiamente en el Valle Sagrado de la Chirimoya. Te comprás unas chirimoyas (por cierto, allá se conocen o qué? ), te buscás dónde pasar la noche y listo. Sos feliz.

Al día siguiente fuimos hasta Piedrahuanca, que es bajando, del otro lado la montaña. Pero ojo, que hasta ahí fuimos caminando, en un caminata que habrá durado unos 45 minutos. Llegamos hasta donde lo de unos lugareños y elegimos unas truchas (vivas). Dijimos ésta, ésta y ésta otra. Las truchas pasaron a mejor vida y de ahí a nuestro plato. Cervecita Cristal, provechito, y otra vez a volver Callahuanca. Otra vez caminando. Una pena no haber llevado un pulmotor en la aventura. Al hombre de esta casa le habría venido de mil maravillas.

Callahuanca