almuerzos
Aunque en este caso le han puesto demasiada mayonesa, a mí este plato me gusta mucho. Me gusta el sabor, pero me gusta también el acto de pedirlo, porque se llama causa. "Quiero una causa", le dice una, por ejemplo yo, al mozo.
La cuestión es que la causa puede ser de distintas cosas: de cangrejo, de langostinos, de carne, y así. Eso sería el relleno, que aquí no se aprecia porque la prepararon tipo pionono, tons el relleno quedó adentro. Cuando a la causa la arman tipo torrecita, ahí sí se ve el relleno antes de meter el tenedor.
Lo amarillo es papa, pero papa amarilla (es que acá, no sé si saben, hay 28946386549832 tipos de papa posibles. Bueno, ésta es la "amaría"). Un ricor. Y nuestra causa, esta de la foto, la pedimos, con amiga J., de cangrejo. Mmmmm
Langostinos al ajillo. Viene con enormes y deliciosos granos de choclo y también con camote (camote es camote, su gusto es parecido a la batata pero no así su consistencia, por lo que no vale tomarlos como auténticos sinónimos. Esto es importante dejarlo en claro porque el hombre de esta casa insiste -equivocadamente- en tal equiparación y una, desde este modesto espacio, no debe cooperar con el error)
Otro de mis preferidos: el pulpito bebé a la parrilla. A la parrilla, leyeron bien. La técnica comprende un hervor anterior y luego un último toque sobre las brasas. Viene con una salsa agridulce, semillitas de sésamo, ensalada de verdes y brotes de soja.