1/3/07

correspondencia con A.S

(...)Bueno, la cuestión es que fuimos a cenar a un sitio mega top
con vista al mar, en Barranco. No era con vista al mar, era casi
propiamente en el agua, sobre la playa. Ahí comí el arroz negro con langostas más rico que probé en mi vida. Todo en una terracita de lo más fashion, si vos vieras. Ahí estábamos los tres, cual salidos de una publicidad de American Express Gold (ni siquiera American Express a secas). La noche estuvo preciosa y hoy repetimos, con una cena en lo de un fulano en donde, prometieron, me presentarían a un profesor de Surf, porque si para algo vine yo a Lima es para hacer Surf. Siempre lo dije.
Al día siguiente del arroz con langostas tuve que quedar otra vez con el carpintero para encargarle dos sillonetes más y tuve también que volver al súper: no teníamos recipiente para meter en el microondas.
Insisto, no digas que no estoy llevando una vida de lo más agoté! Decí que tuve mis dos horas libres para la pile, que si no...
La ida al Wong (es un súper chino, pero no cualquier súper ni
cualquier chino, porque viste cómo son los chinos, que les das un súper y te hacen un imperio, bueno, esto es como un mega Jumbo), decía, la ida al Wong tuvo su pequeña gran maravilla: por fin encontré yerba! Taragüí. Creo que podemos decir que ya no me falta nada. Bah, aunque el concepto Kiosco aquí no funciona tanto, así que el acceso a los cigarrillos es relativamente engorroso. Si eso se diera como Dios manda, ahí sí haríamos cartón lleno.
Bien. De momento debo dejarte. Tengo que ubicar una peluquería.
Ay! No doy más! No doy más!